.: Siempre tendremos la Estación Mapocho :.

Ampliando el escenario musical chileno

Siempre tendremos la Estación Mapocho

El 2005 ha sido el año más melómano de la última década en Chile. Artistas de renombre internacional se percataron de que tienen fanáticos en el fin del mundo, e incluyeron nuestras coordenadas en sus giras. Lenny Kravitz, The Strokes, Moby y Pearl Jam fueron algunos de los que enriquecieron la agenda del año que se acaba. Pero cuando escasean conciertos de tal glamour y cobertura, festivales como el de Bandas Juveniles no fallan. Anualmente, un fiel público llena el conocido centro cultural para ver a reconocidas bandas invitadas y a las que anhelan, como finalistas del concurso, grabar un demo y saltar a la fama.

En una fría tarde, atípica a principios de diciembre, decenas de jóvenes esperan pacientes tras unas rejas de contención y bajo la atenta mirada de los guardias de seguridad. La brisa envuelve el ambiente con el olor del río que le da el nombre al Centro Cultural Estación Mapocho, pero nada parece importarles a los asistentes. A las 19:40 hrs. se abrirían las puertas del recinto y una hora y media después empezaría el Sexto Festival de Bandas Juveniles, organizado por el centro de extensión Balmaceda 1215. Y con tal de ver a bandas como Saiko y Sinergia y a las que competían por grabar un demo –el premio para los galardonados-, valía la pena la espera. Sobre todo si la entrada era gratuita.

El público de aquel sábado 3 de diciembre era diverso y ad-hoc a los estilos de los nueve grupos finalistas, que se paseaban entre el rock, la fusión andina, el punk y una mezcla de hip-hop con ritmos latinos. Sin embargo, entre los primeros doscientos espectadores que llegaron, predominaba el mismo look de quienes asistieron una semana antes al concierto de la banda Good Charlotte: entre botines, peinados y cinturones puntiagudos y mucho cuero, más de la mitad del público estaba teñido de negro. No era ni una décima parte de los cinco mil punks-imitadores-del-estilo-gótico que cantaron en el Velódromo del Estadio Nacional, pero sí coincidían en la edad: la media era dieciséis años. Aunque los párpados negros y los labios rojos los hacía verse mayores.

Displicencia a la orden del día:
Mientras llegaban los seis mil jóvenes que llenaron el recinto, los músicos amenizaban la larga espera conversando en un salón de dos pisos. Los integrantes de TeleRadio Donoso fumaban para pasar el rato, generando un ambiente opuesto al tras bambalinas del concierto que Lenny Kravitz dio en marzo en el Estadio Nacional. Él, preocupado porque nada afectara su voz, prohibió que cualquier persona fumara a su alrededor. “Nos da lo mismo, porque no nos interesa mucho este concurso”, comentó el vocalista, Alex Anwandter, tras tirar una bocanada de humo con la indiferencia que los caracterizaba. La superioridad con que miraban al resto de las bandas se la daban sus instrumentos, todos de alta calidad y entre los cuales resaltaba la guitarra Gibson Standard –la misma con que Stone Gossard, del grupo Pearl Jam, tocó en el Estadio San Carlos de Apoquindo el 22 y el 23 de noviembre.

Bellyco, los “chicos top” del certamen –con jeans y chaquetas de mezclilla a tono- tampoco tenían mucho entusiasmo. Keno, el bajista, reconoció que “no estoy ‘ni ahí’ con el concurso. Me da lo mismo esto, yo vengo por la plata”. Al terminar su actuación, se paseaba sin interés en escuchar a las demás bandas –prefería afinar su bajo Rickenbaker 4003 color vino, igual al que Nikolai Fraiture, el bajista de The Strokes, hizo sonar en octubre en el Festival SUE.

Punk en las alturas: mucho negro, gel y un glam rock amargado:

En el segundo piso, los jóvenes integrantes de Melancohólicos Anónimos, de negro y con corbatas de distintos colores, eran la imitación perfecta de los punketas de Good Charlotte. Emanaban adrenalina y nerviosismo porque, según Niko, el vocalista, “es la primera vez que tocamos ante un público tan grande”. Al definir su estilo, agrega que “hacemos punk-rock más melódico, lo nuestro es pasarlo bien, tener buena onda con el público. Nos importa mucho la puesta en escena y por eso nos vestimos con cierto estilo y con los detalles que cada uno le agrega”. El suyo es su pelo, la combinación perfecta entre puntas despeinadas y una chasquilla lisa que tapa uno de sus ojos. El gel en exceso y las uñas negras son su marca registrada.

Juntos desde el 2001, es la primera vez que participan en el festival, ya que “creíamos que esto estaba arreglado, y nos sentíamos en desventaja por no conocer a nadie de Balmaceda 1215”, explica David Starke, el baterista. “Además, no tenemos el status de otras bandas. Somos de San Bernardo, somos más modestos. Yo traigo mis platillos en bolsas”, remata. Minutos antes, César, el guitarrista, afinaba su guitarra marca Santana modelo Les Paul eg34, color blanco, imitación del modelo Gibson Standard que el integrante de TeleRadio Donoso y el de Pearl Jam tenían –más de un millón de pesos más caro.

Al grupo Siggno, en tanto, con un estilo “punk romántico”, no les emocionaba mucho concursar porque “esto no es nada nuevo para nosotros - según Julio Quinteros, el bajista del grupo-. Más que a ganar, venimos a pasarlo bien, porque ya tenemos un disco listo y queremos promocionarlo. Pero cero nerviosismo, de acá nos vamos a carretear”. Ricardo y Paulo, guitarra y voz respectivamente, se adelantaron: no esperaron los resultados y apenas terminaron de tocar, se fueron a la Plaza Ñuñoa. La actitud de “divos” la complementaban con un look “estilo Placebo" -quienes se presentaron en el mismo escenario en abril. El vocalista, con uñas pintadas a tono con los ojos delineados, pelo con más gel que el del otro cantante punk, botines negros y pantalones de cuero con un tiro cortísimo, coronaba su apariencia con unos lentes de sol marca “Rayback”.

Con más entusiasmo y menos producción estética, las bandas Made in Chile y Flow tu flow matan el tiempo conversando cada una en su espacio, designado por sillas plásticas rojas y azules. Los primeros, con un estilo andino juvenil y más moderno, agradecen esta oportunidad para difundir su música, la cual componen juntos desde hace siete años, pero formalizaron el grupo hace dos. Están más ansiosos que nerviosos, aunque confían en su propuesta: “ser la única banda en contacto con sus raíces”, según Moisés Villanueva, el vocalista.

Ente gritos, aplausos, pifias y trutucas:

Pasadas las nueve de la noche, la banda Artifisio –ganadora del certamen el año pasado- inauguró la velada. Sus temas no encendieron al público, lo que dificultó la escena para Flow tu Flow, los primeros en presentarse. Sus alegres integrantes, que concursaban por segundo año consecutivo, salieron frustrados del escenario por ciertos problemas con el audio, lo que repercutó en una “recepción fría de parte del público”, según el vocalista Rodrigo Gómez. Luego fue el turno de Melancohólicos Anónimos, quienes terminaron felices su presentación. Bellyco tuvo una performance pulcra y aceptada por la audiencia, pero quienes le siguieron, GüesoSanto, acaparó más aplausos que todas las bandas anteriores. “El público está mucho más tolerante con las bandas nuevas, hay veces en que hasta nos han tirado cosas al escenario. Hoy, en cambio, hasta aplausos recibimos”, comentó el baterista Christian Rodríguez. TeleRadio Donoso les siguió sin pena ni gloria, pero la aparición de Siggno no dejó indiferente a nadie. Recibidos con pifias y con gritos que apelaban a la homosexualidad del vocalista, terminaron su tema con aplausos, y Quinteros, el bajista, reconoció que “suele pasar, nos pifian harto. Pero como el tema es bueno, igual le gustamos al público. La idea es que se acuerden de nosotros”. La sorpresa de la noche fue Made in Chile, quienes obtuvieron una ovación inmediata cuando Villanueva empezó la canción con una trutuca. “Es que a la gente le gusta la esencia de lo chileno”, comentó el vocalista al asimilar su exitosa presentación. Las últimas dos bandas, Rosewell y Contrafaz, destacaron por una presentación impecable y la buena recepción de los asistentes.

Antes de anunciar a los ganadores, se presentaron dos de las bandas invitadas, Golem y De Saloon. La primera obtuvo el tercer lugar en la competencia del 2003, por lo que conocía los nervios de los nueve finalistas. Rodrigo Quiroga, el vocalista de Golem, siente que este año los asistentes han sido bastante tolerantes, aunque Esteban Torres, bajista de Saiko (ver recuadro), cree que “el público aún es muy ingrato. Se cree en el circo romano, con la autoridad de ‘liquidar’ a un artista si no le gusta”.

Los ganadores, anunciados a la una de la mañana, fueron seleccionados por un jurado que incluía a representantes de Balmaceda 1215, el Sello Azul, la Universidad Técnica de Chile (organizador conjunto) y cantantes nacionales como Denisse Malebrán, vocalista de Saiko. La banda Bellyco se llevó el premio SCD, que consiste en $250.000 y la grabación de su canción en un demo junto a las otras bandas ganadoras. El tercer lugar fue para Contrafaz, GüesoSanto salió segundo y, con la unanimidad de los jueces, “La luz de mi sol” se adjudicó el primer lugar y los $600.000 –la trutuca de Made in Chile había hecho efecto. Tras la premiación, el escenario fue de Saiko y luego Sinergia, y los concursantes se fueron “sin ninguna sorpresa, estos concursos están arreglados”, según Quinteros, el guitarrista de Siggno. Los integrantes de Made in Chile no disimulaban su alegría: “el premio demuestra que hay cabida para más estilos aparte del rock”, comentó Villanueva, mientras se iba con el resto a celebrar a la casa de la pareja de Felipe Molina, el guitarrista. Los menos afortunados fueron a pasar las penas a la Plaza Ñuñoa y al Barrio Brasil –ninguna banda se fue a la discotheque Oz, como lo hizo Placebo tras tocar en la Estación Mapocho.

Carente del glamour de Lenny Kravitz o de la degustación de vino en el escenario –al estilo Pearl Jam-, el Sexto Festival de Bandas no falló. Como todos los años, contó con nuevas propuestas y artistas consagrados, quienes entregaron un espectáculo enérgico al público que, probablemente, estuvo igual de hacinado o quedó igual de disfónico que en los conciertos de las bandas internacionales. Como afirma Nicole Solís, asistente al evento, “prefiero los artistas nacionales, están más cerca del público”. Y aunque para el próximo año la agenda se ve tentadora con bandas como U2 y Oasis, los primeros en retractarse fueron los Rolling Stones. Qué importa si los demás hacen lo mismo, siempre estará la Estación Mapocho.

Integrantes de Saiko heridos en la Ruta 5:

El pasado martes 6, cuando la banda viajaba en un bus de la campaña de la presidenciable Michelle Bachelet tras apoyar el cierre de su campaña en Temuco, fue víctima del choque con un camión en la localidad de Buin. De los veintiséis brigadistas que viajaban, se registran veinte heridos y cinco muertos, entre los cuales se encuentra el asistente técnico de Saiko, Ricardo Burgos. El bajista, Esteban Torres, se internó en Santiago con varias fracturas, al guitarrista y ex-integrante de La Ley, Luciano Rojas, lo hospitalizaron en Buin por una contusión pulmonar y la cantante Denisse Malebrán sufrió pequeñas lesiones, al igual que dos integrantes del grupo Golem: el vocalista, Rodrigo Quiroga, y Olivia Alarcón, baterista e hija del cantante Florcita Motuda.

Los heridos más graves son el primo de Bachelet, Igor Contreras, y Araceli Menares, una menor que viajaba en el auto que chocó primero con el camión.